“Regocíjense y alégrense de que un Señor tan grande y tan bueno, nacido del vientre de la Virgen, haya querido mostrarse despreciado, necesitado y pobre en este mundo, para que los hombres que vivían en la extrema pobreza y el dolor por la falta de comida celestial fueran enriquecidos en Él.” Santa Clara de Asís
Tanto el profeta Miqueas (5,1) en el Antiguo Testamento como los Evangelios (Mt 2 y Lc 2) mencionan la ciudad de Belén. El dato del lugar también se transmitió entre los cristianos de Judea. En el siglo III, Orígenes de Alejandría escribió lo siguiente:
En Belén enseñaban la cueva en donde nació Cristo, y el pesebre en que fue colocado envuelto en sus pañales. Es rumor, aun por los infieles de aquella comarca, que el Jesús que adoraron los cristianos nació en aquella caverna.
En el siglo IV, Santa Elena, madre del Emperador Constantino, fue en peregrinación a Tierra Santa para ubicar los importantes sitios del cristianismo. Con ayuda de algunos locales, la santa encontró el lugar del Nacimiento, la Crucifixión y la Resurrección de Jesús. Hoy en día, la Iglesia de la Natividad y la del Santo Sepulcro marcan esos lugares.
La Iglesia Católica no enseña la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Puede ser un “recuerdo” de los primeros cristianos que sostenían que se trataba de esa la fecha, pero también puede tener una significación meramente simbólica. Luego de la cristianización del imperio, era frecuente que la Iglesia reemplazara cosas paganas (templos, por ejemplo) por cosas cristianas (iglesias). Sin embargo, en este caso en particular, los exégetas no tienen una opinión común acerca del mérito de tales argumentos. Por ejemplo, en su libro El espíritu de la Liturgia, que escribió el Papa Benedicto XVI no como papa sino en calidad de teólogo, se lee:
Se afirmaba que la fecha del 25 de diciembre se había fijado en oposición al mito de Mitra o que era una respuesta cristiana al culto del sol invicto de los emperadores romanos del siglo tercero en un esfuerzo por establecer una nueva religión imperial. Sin embargo, ya no pueden sostenerse esas viejas teorías.
“La gracia revelada en nuestro mundo es Jesús… Él entró en nuestra historia y compartió nuestro camino. Vino para librarnos de la oscuridad y para darnos luz. En Él se reveló la gracia, la misericordia y el amor cariñoso del Padre.” - Papa Francisco
Unos ángeles se aparecieron a unos pastores para anunciarles el nacimiento de Jesús (Lc 2,8-15). El significado más profundo de esa visita es que Jesús es el Cordero de Dios y nuestro sacrificio pascual (el cordero que es sacrificado en la Pascua). Eso indica que, ya desde Su Nacimiento, el Señor estaba destinado a morir por nuestros pecados, en sacrificio perfecto.
¿Quiénes eran los pastores del relato del nacimiento de Cristo?
Si bien no se los nombra, tienen un papel importante en el relato de la Navidad. El Hijo de Dios no se da a conocer primero ante reyes sino ante humildes pastores.
¿Qué dijo el ángel a los pastores cuando nació Jesús?
El Evangelio de Lucas nos lo cuenta en su capítulo 2, versículos del 10 al 14.
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace.»
Las Escrituras presentan al Masías tanto como pastor de almas como a víctima por las almas. David era pastor cuando fue elegido para presidir al pueblo de Israel como rey. Cristo, descendiente de David, es el pastor eterno del pueblo redimido de Dios.
Las Escrituras nos presentan también al Mesías como un cordero, que será llevado al matadero. Esto es anticipado en la imagen del Cordero pascual del libro del Éxodo (cap 12), y narrado por Isaías (Is 53). En el Evangelio de Juan y las cartas de San Juan se llama explícitamente a Jesús el “Cordero de Dios”.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 608 afirma lo siguiente:
Juan Bautista, después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores (cf. Lc 3, 21; Mt 3, 14-15), vio y señaló a Jesús como el "Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (Jn 1, 29; cf. Jn 1, 36). Manifestó así que Jesús es a la vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al matadero (Is 53, 7; cf. Jr 11, 19) y carga con el pecado de las multitudes (cf. Is 53, 12) y el cordero pascual símbolo de la redención de Israel cuando celebró la primera Pascua (Ex 12, 3-14; cf. Jn 19, 36; 1 Co 5, 7). Toda la vida de Cristo expresa su misión: "Servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10, 45)
Es lógico, entonces, que los ángeles revelaran el nacimiento de Cristo a los pastores y que ellos, a su vez, fueran los primeros en reconocerlo.
“Solo si cambian las personas cambiará el mundo; y para cambiar, las personas necesitan la luz que viene de Dios, la luz que entró tan inesperadamente [la noche de Navidad] en nuestra noche.” - Papa Emérito Benedicto XVI
Es muy posible que Jesús haya nacido en una cueva que se usaba como establo. Las montañas de Judea eran de una piedra blanda, que permitía la formación de cuevas naturales y otras hechas por el hombre. Las casas se construían al lado de cuevas, lo que daba espacio adicional y reparo para el frío del invierno y el calor del verano.
El hecho de que Jesús naciera en una cueva habla de la pobreza a la que estaba dispuesto a entrar. En su homilía de medianoche de 1978, el Papa San Juan Pablo II expresó:
Para tener un cuadro completo de la realidad de aquel acontecimiento, para penetrar aún más en el realismo de aquel momento y de los corazones humanos, recordemos que Esto sucedió tal como sucedió: en el abandono, en la pobreza extrema. en el establo-gruta, fuera de la ciudad, porque los hombres, en la ciudad, no quisieron acoger a la Madre y a José en ninguna de sus casas. En ninguna parte había sitio. Desde el comienzo, el mundo se ha revelado inhospitalario hacia Dios que debía nacer como Hombre.
¿Por qué nació Jesús en un establo?
En el aspecto temporal, no había lugar donde alojarse para San José y la Virgen. Sin embargo, bajo una mirada más profunda, el nacimiento humilde de Jesús destaca el hecho de que su sacrificio fue muy grande para convertirse en hombre. En Filipenses 2,5-7, leemos:
Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre.
En su Carta Apostólica Admirabile Signum (Sobre el significado y el valor del Belén), el Papa Francisco dice lo siguiente:
El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer. El heno se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como «el pan bajado del cielo» (Jn 6,41). Un simbolismo que ya san Agustín, junto con otros Padres, había captado cuando escribía: «Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para nosotros» (Serm. 189,4). En realidad, el belén contiene diversos misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a nuestra vida cotidiana.
¿Por qué nació Jesús en circunstancias tan humildes?
El Catecismo de la Iglesia Católica expresa en sus números 525-526:
Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre; unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo...
"Hacerse niño" con relación a Dios es la condición para entrar en el Reino; para eso es necesario abajarse, hacerse pequeño; más todavía: es necesario "nacer de lo alto", "nacer de Dios" para "hacerse hijos de Dios". El misterio de Navidad se realiza en nosotros cuando Cristo "toma forma" en nosotros.
“Deseamos ser capaces de recibir a Jesús en Navidad, no en el frío pesebre de nuestro corazón sino en un corazón lleno de amor y de humildad, en un corazón tan puro, tan inmaculado, tan cálido de amor de unos por otros.” - Santa Teresa de Calcuta
iene de la palabra Latina nativitas que significa “nacimiento” y que la Iglesia adoptó para dar nombre formalmente a este día y esta celebración.
¿Por qué es importante la Navidad?
Dios mismo se hizo Hombre para que, por Su muerte y resurrección- podamos alcanzar un día el Cielo. Cuando entró en la historia, lo hizo por puro amor por nosotros.
En su Carta Apostólica Admirabile Signum, el Papa Francisco afirma:
W¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve? En primer lugar, porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.
Según San Buenaventura en su libro La vida de San Francisco de Asís, el primer Belén fue montado en 1223 en la ciudad de Greccio, Italia. San Francisco acababa de hacer una peregrinación a Tierra Santa, donde había visto el lugar del nacimiento del Señor. Eso lo inspiró a renovar la fe del pueblo de Greccio, que se habían dejado llevar por la costumbre de los regalos y habían perdido el verdadero significado de la Navidad. En lugar de contarles a sus parroquianos la historia de la Navidad, Francisco, un diácono, quería mostrársela.
El Papa Honorio III dio permiso a Francisco para mostrar una escena de la Navidad con heno, un buey y un burro en una cueva de Greccio. Buenaventura expresó: “Entonces [Francisco] predicó a la gente acerca de la Navidad del pobre Rey; e incapaz de llamarlo por Su Nombre debido a la ternura de su amor, lo llamó el Bebé de Belén”.
Luego de 200 años, los belenes se han expandido por Europa. Los italianos siguen la tradición con especial fervor, las parroquias y ciudades preparan pesebres públicos muy elaborados y el Papa bendice los Bambinelli (las imágenes del Niño Jesús) el tercer domingo de Adviento. Los niños colocan esas imágenes bendecidas en sus pesebres el día de Navidad.
“La humanidad es una gran familia, inmensa familia. … Prueba de ello es lo que sentimos en el corazón en tiempo de Navidad.” - Papa San Juan XXIII
Aunque Su Nombre no se menciona en el Antiguo Testamento, hay incontables menciones proféticas de Jesús.
El Catecismo de la Iglesia Católica expresa en el número 522:
La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos. Ritos y sacrificios, figuras y símbolos de la "Primera Alianza", todo lo hace converger hacia Cristo; anuncia esta venida por boca de los profetas que se suceden en Israel. Además, despierta en el corazón de los paganos una espera, aún confusa, de esta venida.
En sus números 523 y 524, Catecismo de la Iglesia Católica afirma lo siguiente:
San Juan Bautista es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. "Profeta del Altísimo", sobrepasa a todos los profetas, de los que es el último, e inaugura el Evangelio (cf. Hch 1, 22; Lc 16,16); desde el seno de su madre saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser "el amigo del esposo" a quien señala como "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Precediendo a Jesús "con el espíritu y el poder de Elías", da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio.
Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya".
Cualquier persona puede participar de la Misa de Nochebuena, que es especialmente popular ya que es de las celebraciones eclesiásticas más lindas del año litúrgico. Todos pueden participar, pero no todos pueden recibir la Santa Comunión; respetando, de esa manera, la fe y la disciplina católicas.
¿Cuándo debe desarmarse el árbol de Navidad?
Es una cuestión de preferencias de cada uno o de cada familia. Sin embargo, debe recordarse que la Navidad comienza el 25 de diciembre.
¿Qué nombre recibe el último día del tiempo de Navidad?
El último día del Tiempo de Navidad es el Bautismo del Señor, cuando termina la vida oculta de Jesús y comienza su ministerio público.
"La Navidad nos recuerda que Dios nos sigue amando a todos, incluso al peor de nosotros. A mí, a ti, a cada uno, el Señor nos dice hoy: “Te amo y siempre voy a amarte porque eres precioso ante mis ojos.” Dios no nos ama porque pienses y actúes correctamente. Te ama, así de simple. Su Amor es incondicional; no depende de ti. Puedes estar equivocado, puedes haber cometido grandes errores en tu vida, pero el Señor sigue amándote.” – Papa Francisco
Se trata de un Rosario de siete decenas en el que se meditan los gozos de María.
¿Cuál es el origen del Rosario franciscano?
En el año 1422, un joven llamado Santiago ingresó en la comunidad franciscana. Antes de unirse a la orden franciscana, él solía visitar una estatua de María, a la que le ponía una corona de flores naturales cada día cuando iba. Por razones que se desconocen, una vez que ingresó en la orden franciscana, no pudo continuar con ese acto de devoción; y más tarde, dejó la orden.
La Santísima Virgen se le apareció en una visión y le dijo que no dejara la orden y no se afligiera por no poder colocarle una corona de flores, porque ella le enseñaría cómo hacerle una corona de rosas que no se marchitarían y serían más del agrado de ella que las de flores naturales, y de mayores méritos para él.
Así, la Virgen le regaló el Rosario o Corona franciscana, que honra los siete gozos de la vida de María, y le pidió que lo rezara todos los días con devoción. Esta práctica se hizo conocida dentro de la comunidad y, más tarde para todos los franciscanos.