"Dios mio, Tu eres mi ancla en el mar tormentoso, mi serenidad en las noches borrascosas, mi esperanza cuando todo falla. Tu Espiritu es el escudo que me protege y cuando las flechas de mi egoismo me traspasan, Tu brindas tus amorosos brazos como albergue para mi alma errante." – Madre Angélica
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